Se estima que la enfermedad celíaca afecta a una de cada 1 personas en los Estados Unidos y al 133 % de la población mundial, y la cifra sigue aumentando. La única forma de tratar o controlar este trastorno autoinmune cada vez más común es adoptar una dieta completamente libre de gluten. La prominencia del gluten en la comida estadounidense puede convertir esto en un desafío.
A medida que continúa la investigación médica sobre la enfermedad, nuevo estudio Un estudio de la Facultad de Salud Poblacional de la Universidad de Nuevo México revela otro camino para ayudar a los pacientes: las políticas públicas.
La Dra. Claudia B. Pratesi contribuyó al estudio que explora el vínculo entre las políticas públicas y la calidad de vida de las personas con enfermedad celíaca. Como profesora adjunta con permanencia en la Facultad de Salud de la Población de la UNM, Pratesi aporta su experiencia interdisciplinaria a la vanguardia de este problema de salud urgente.
“Las políticas públicas son cruciales para apoyar a las personas con restricciones alimentarias, ya que la alimentación está profundamente arraigada en nuestra vida social, prácticas religiosas e identidades culturales”, afirmó.
¿Qué es la enfermedad celíaca?
La enfermedad celíaca es un trastorno autoinmune complejo que puede afectar profundamente la calidad de vida de una persona y que va mucho más allá de las restricciones alimentarias. Se trata de una afección en la que el consumo de gluten daña el intestino delgado, lo que afecta la absorción de nutrientes y provoca síntomas como problemas digestivos y fatiga.
La necesidad de una dieta sin gluten suele conllevar un aumento de los costes alimentarios y una limitación de las opciones dietéticas, lo que puede resultar especialmente oneroso para quienes tienen limitaciones económicas. Además, las personas celíacas pueden sentirse aisladas al tener una dieta diferente a la de los demás. Esto pone de relieve los complejos retos a los que se enfrenta la enfermedad celíaca a la hora de equilibrar sus necesidades de salud con el bienestar social y emocional.
Nuevos resultados del estudio
El nuevo estudio, en el que participaron Pratesi y otros investigadores, analizó encuestas sobre la calidad de vida relacionada con la salud realizadas en 12 países, entre ellas casi 4,000 personas con enfermedad celíaca. La investigación examinó cómo las políticas gubernamentales y los sistemas de apoyo a la enfermedad celíaca se correlacionaban con la calidad de vida declarada por los pacientes en diferentes países. Los resultados revelaron que las políticas públicas más integrales conducen a una mejora de la calidad de vida de los pacientes celíacos.
El estudio también reveló la diferencia en los enfoques regionales, mostrando que los países europeos y de Oceanía en general tenían un mayor apoyo de políticas públicas para la enfermedad celíaca que los países africanos y asiáticos. Esto se reflejó en las puntuaciones de calidad de vida, con países como Italia, el Reino Unido y Australia obteniendo sistemáticamente algunas de las calificaciones más altas en el estudio.
El apoyo financiero también ha resultado ser un factor importante para mejorar la calidad de vida de los pacientes celíacos. Varios países, entre ellos Alemania, el Reino Unido y Portugal, han aplicado o ampliado políticas de asistencia financiera o deducciones fiscales para compensar los mayores costes de los alimentos sin gluten.
"Estas medidas pretenden aliviar la carga financiera asociada al mantenimiento de una dieta estricta sin gluten", dijo Pratesi.
Mientras investigadores como Pratesi y sus colegas continúan estudiando los impactos de las políticas, comprender y reconocer los síntomas de la enfermedad celíaca sigue siendo un primer paso crucial hacia una mejor calidad de vida de quienes padecen este trastorno autoinmune.
Para las personas preocupadas por la enfermedad celíaca o que desean obtener más información, Fundación para la enfermedad celíaca ofrece recursos completos sobre los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad. La fundación proporciona información detallada sobre los signos de advertencia (que pueden incluir problemas digestivos, fatiga y deficiencias nutricionales), así como orientación sobre los factores de riesgo genéticos y los procedimientos de análisis.