Al final de su formación, los egresados de nuestro programa tienen el mundo abierto para ellos. La diversidad y la iniciativa individual que nuestro personal de la casa aporta a la UNM se fomenta aquí y les permite comenzar las carreras de su elección.
Estoy muy satisfecho con mi experiencia de residencia pediátrica en UNM. Hice amigos para toda la vida en el camino y el programa me preparó para mi carrera académica. Como residente de pediatría aquí en UNM, tendrá la oportunidad de hacer todo lo que requiere una carrera académica: autonomía con los pacientes, participación en proyectos / comités de mejora de la calidad, redacción e investigación de subvenciones, enseñanza y desarrollo curricular.
Claramente, me encanta trabajar con la gente y la población diversa de pacientes aquí en UNM porque decidí quedarme después de la residencia. Espero ser un rostro amigable y comprensivo para los residentes entrantes, como lo hice durante mi residencia.
Mi experiencia en el Programa de residencia pediátrica de la UNM me capacitó bien para una carrera en pediatría comunitaria en Albuquerque. Veo una variedad de pacientes de todos los orígenes socioeconómicos y étnicos en mi práctica, lo cual es un reflejo de la población de pacientes en la UNM.
Mi relación con el Departamento de Pediatría de la UNM continúa, ya que utilizo habitualmente su experiencia y programas de especialidad para consultas y referencias para mi práctica actual. Su programa de capacitación, que combina la práctica clínica, la medicina basada en la evidencia y los proyectos de investigación y salud pública, me brindó experiencia y conocimiento sobre la pediatría como parte necesaria de cualquier comunidad saludable.
Mi formación en la UNM me dio una base sólida en pediatría general y la oportunidad de alcanzar mi máximo potencial. He disfrutado mucho de mi carrera pediátrica como hospitalista académico y médico de atención urgente. UNM me brindó las habilidades, la tutoría y el apoyo para allanar el camino hacia estos logros.
UNM atiende a una hermosa y vasta población de todo Nuevo México y estados vecinos, brindando a sus residentes oportunidades de enseñanza con un gran volumen a un ritmo manejable. La experiencia que ofrece UNM junto a las majestuosas montañas Sandia es como ninguna otra que encontrará. Las amistades, los conocimientos, las habilidades, los recuerdos, la gente hermosa son inolvidables.
Estoy orgulloso de haberme graduado de la Residencia Pediátrica de la UNM. El programa me brindó una base sólida en pediatría general que me sirvió bien a lo largo de mi beca de capacitación en Reumatología y ahora en la práctica diaria. La cultura única y la población de pacientes, junto con las oportunidades curriculares flexibles, brindan una experiencia de capacitación que no se encuentra en ningún otro lugar.
El tamaño del programa es perfecto y permite un toque muy personal que mejoró las amistades no solo con mis co-residentes sino también con el profesorado. Además, me sentí muy apoyado y recibí una excelente tutoría en preparación para la beca. No cambiaría mi experiencia en la UNM por nada y siempre mantendré buenos recuerdos de mi tiempo allí.