Thomas J. Carlow, devoto esposo y amado padre y abuelo, fue llamado a su lugar de descanso eterno el 15 de marzo de 2021.
Nació el 22 de agosto de 1940 en Cincinnati, OH. Hay algunas personas que parecen estar presentes para siempre. No se puede imaginar que no estén allí y Tom era una de esas personas. La familia y los amigos de Tom siempre valoraron sus conversaciones profundas y su sinceridad genuina. Tenía una sabiduría asombrosa, trabajaba duro, amaba mucho y siempre estaba explorando las cuestiones profundas e importantes de la vida con gran intensidad.
A Tom le encantaba su profesión y se sintió atraído por la neurooftalmología, ya que se necesitaba una gran cantidad de conocimientos para desentrañar un diagnóstico. Amaba tanto los desafíos como la capacidad de ayudar a sus pacientes. Tom pasó una carrera larga y fructífera como neurooftalmólogo en Albuquerque y fue el único en el estado durante 30 años. Fue un pionero en su campo y comenzó una reunión médica anual, NANOS (Sociedad Norteamericana de Neurooftalmología) que se convirtió en una sociedad internacional. Tom también fue un gran profesor que enseñó a colegas, residentes y técnicos. Muchas personas se beneficiaron de su compasión y habilidad, más específicamente sus pacientes por quienes él se preocupaba profundamente.
Tom hizo su residencia en neurología en la Universidad de Michigan y su especialización en Neurooftalmología en el Bascom Palmer Eye Institute en Miami, Florida. Sirvió en el Servicio de Salud Pública del Ejército en Denver. Durante este tiempo, la familia descubrió la belleza del suroeste, se enamoró de las montañas y se estableció en Albuquerque, Nuevo México. Ejerció como neurooftalmólogo en la UNM, enseñó e hizo trabajo clínico durante las siguientes cuatro décadas tanto en la UNM como en Eye Associates of New Mexico. Fue un gran placer enseñar a los residentes en Neurología, Oftalmología y Neurocirugía.
Tom conoció a Susan en la escuela secundaria y desde ese momento siguieron siendo socios inseparables en la vida y juntos crearon una familia hermosa y amorosa. Estuvieron casados casi 55 años y Susan fue el amor de su vida ... ¡pregúntale a cualquiera!
Le sobreviven su esposa Susan; hijo Thomas Carlow (Marilee); hija Kathleen Carlow (Craig); hija Beth Tannaz (Brant) y siete nietos Ava, Luke, Alex, Anna, Anthony, Ailsa y Caitlin.