Las desigualdades estructurales a largo plazo se han visto exacerbadas por la pandemia de COVID-19, lo que impone dificultades y cargas adicionales a las comunidades de color y las poblaciones rurales y de escasos recursos en Nuevo México. Más que nunca, debemos centrar nuestra atención en la voz de la comunidad y crear acciones estratégicas colaborativas entre socios multisectoriales para lograr la equidad en la salud con y para todas las personas de Nuevo México.